jueves, 14 de noviembre de 2013

III (24,6)

III

(24,6)
En la primera viñeta hay un enorme barco borracho
sobre la noche de rosario,
se llama dignidad pero en inglés
y parece arrastrarse río abajo.
Al frente unos silos de colores,
adentro los estripers de federico klemm
cambian tiernos besos de judas
o cuelgan del aire como cristos acalambrados
o caen en picada y no son ángeles.
A unos metros el rastro del poema,
paredes en código.
VENI A SER BARDO dicen las postales de inchauspe,
VENI A HACER BARDO dice el público en general.
Bailamos el pogo del poeta asesino,
ya lejos de su rama,
antes de que la madurez se descomponga
increpa a los jóvenes poetas,
les tira su aburrimiento en la cara,
los empuja hacia afuera con sus palabras de humo.
Los poetas jóvenes no le responden
contestar también aburre.
En el próximo cuadro llueven poemas
y la ciudad toda es una carámbano,
el sol no sale hasta que lo nombran.
Poemas histriónicos
            histéricos
            históricos
Poemas ingenuos
            inexactos
            intrépidos
Poemas con besos con hijos con drogas
            con rencores prolijos
            con café y con postre
Dicen las paredes:
Y SABER QUE EN ESTE MUNDO NO HAY NADIE A QUIEN ENVIARLE ESTE MENSAJE.
El túnel hace gárgaras con los autos
y repite una vocal largamente,
preposiciones y copulaciones conjuntivas del poema.
En el vértice de la página encuentro un níspero
su sabor es la memoria de mi infancia.
un árbol solitario.
Frutos del cielo o de los pájaros
que nunca más cayeron en mis manos de cinco años.
Entre las calles del poema,
en esta ciudad,
he plantado un árbol,
un algarrobo paciente
que como yo sea
un trozo de tierra nómade,
una coma o el silencio del coma
dentro del texto.
En la última viñeta
-PELIGRO BARRANCA-
sentados en el suelo
 dos
tipos
 vuelcan
 fana
 en una   
bolsa
y respiran
un aire pegajoso.
El río está vacío.
Les pregunto por el barco
y me responden
que desapareció en la madrugada
como una ballena gateando por el paraná.   

1 comentario:

  1. 3) 24,6: Es la altura a nivel del mar de la ciudad de Rosario. He sido invitado al XVIII Festival Internacional de Poesía en ese sitio en el año 2010 y como una secuencia de diapositivas anoté las imágenes en mi cuaderno. El rigor histórico del poema es secundario, como son de segundo orden las referencias a los personajes que amontona la poesía y el teatro de poetas en estos festivales. Esos días en Rosario se han ido diluyendo como carámbanos cansados en el agua quieta y de estas jornadas sólo quedan restos de poemas, ecos histriónicos y la única certidumbre en la estela de un barco que se aleja.

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