martes, 7 de octubre de 2014

V

A Juan Santiago Avendaño
Plano general:
Las manzanas no son simple geometría,
rectángulos combados,
                                     patios que se abren al sol
la luz se nutre de los ojos que la miran.

Desde los techos el movimiento es uniforme
mínimas variaciones entre las calles,
bolsas de basura como racimos en los postes de luz
y una galería de eucaliptos fuera de foco.

Cada cuerpo describe su trayectoria en el espacio
líneas que se superponen entre sí
para formar la trama de este barrio.

Los perros ladran por sus dueños
y la vida se recicla en televisión y palabras.

Alguien escarba este dibujo y crujen las baldosas
bajo los puntos invisibles,
las casas lo siguen con sus ventanas abiertas.

No importa cuántas veces lo intente:
Siempre hay otro ojo del lado opuesto de la cerradura.
El zumo cotidiano se hace espeso hacia la tarde,
siempre es la misma canción que escupe la radio,
siempre la misma silla que crece en la vereda,
a esta hora es posible el instante en que todo se suspenda.

Si de estos ensayos,
                                acaso sucede el poema,
como un desgarramiento del paisaje,
quizá el mundo se reduzca a una sílaba,

un tamaño adecuado para llevar entre los dedos.

lunes, 6 de octubre de 2014

IV

(teriantropía)
En un punto ciego del paisaje estamos nosotros,
bloqueados por el oficio en la mirada del actor,
nuestro escenario es un mundo acelerado
                                 risas y abrazos
                                                    que se acumulan
                                                              se enredan y caen.
A cada momento alguno de los personajes
tiene la sensación de ser una piedra arrepentida,
un lenguaje perturbado entre las mismas palabras.
Porque en el fondo sabemos
que no debíamos ser más que animales
de amores voraces
                                   de sueños reversibles.
Inocentes de nuestro propio drama.
Pero el sol entrará por la misma ventana
y no necesitaremos otra certidumbre.
El pasado es el relato del hoy,
círculos que se explican a sí mismos
para perder su simetría.

De cara al vacío
              nuestro graznido

                            es toda la poesía.